Después de tanto tiempo y pensar, reflexionar, pasar mucho tiempo a solas conmigo misma, leer mucho y experiencias muy malas en muy poco tiempo he llegado a una conclusión muy sencilla. A mí me echaron de mi tren. Dicen que los trenes pasan una vez en la vida (en sentido metafórico, claro, porque si fuera en sentido literal, iba yo apañá, que mi medio de transporte es el tren).
Como no encuentro solución a mi problema (no puedo ir corriendo detrás del tren y pedirle al revisor que me deje subir; tampoco puedo quedarme en la estación a ver si aparece otro tren y que termine resultando que ese sí es MI tren porque creo que no va a haber otro), voy a irme andando, que ya qué más da si voy andando o si voy en tren, voy a ir haciendo mi camino y si realmente mi tren no era ese del que me echaron, más le vale aparecer pronto, que vivo en un mundo en el que sólo yo voy andando mientras el resto va cómodamente viajando en tren con todos los lujos y nadie se preocupa por nadie que no vaya en su tren. Ahora hace demasiada calor para viajar cargada de paquetes, andando, y sola.
