Es una experta en sobrevivir, en resistir. La miras y tiene un físico debilucho. No llega a 1'30 de estatura, 47 años y toda la vida luchando para salir hacia delante, pero tiene un coraje a sobrevivir y a tirar p'alante que pocas personas conozco así. Se ríe de todo y sobre todo, de sus propios problemas. Dos divorcios, uno de ellos de un maltratador, y el otro un alcohólico. Una hija maltratada y amenazada con 2 hijos y de los que se tiene que hacer cargo y otra obligada a madurar cuidando de un abuelo impedido de más de 90 años.
Y a pesar de todo, se sigue riendo de las dificultades. Es resiliente por naturaleza. Da envidia (sana) de esa capacidad de resistir, y estando con ella y haciéndote reir, me doy cuenta de que mis problemas no son realmente importantes, que no me impiden sobrevivir en esta jaula de grillos que tenemos por mundo. Que en realidad soy una debilucha, que aunque a lo largo de mi vida he tenido que resistir mucho, nada es comparable con su situación y con los problemas reales.
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