lunes, 2 de enero de 2012

Inocentes

Sí, inocentes, todos, yo la primera. La anterior entrada era muy triste porque mi perro estaba muy malito. No podía sostenerse en pie siquiera. Quería irme a Londres pero sólo con imaginar su ausencia no quería irme.

Al día siguiente se levantó como si tal cosa. Pasó de no poderse levantar, a estar tan tranquilo. Creo que se cachondeó de nosotros. No es que no estuviera enfermito el pobre, pero ha vuelto a ser casi el que era. Nosotros sólo le dimos jamón y muchos mimos.

Y bueno, quiero dejar claro que no me he quedado con vosotros, no os engañé, más bien nos engañó el perro a todos.

1 comentario: