En el mundo que me meto cuando me pongo los auriculares no existen las palabras de la gente, sólo existen gestos, lenguaje no verbal (miradas de complicidad, abrazos, caricias).
Es mi burbuja, me aislo del mundo en el momento que yo quiera. Para aun teniendo banda sonora, escuchar mis propios pensamientos, plegarme hacia dentro de mí misma y mirarme durante ratos tirada en la cama.
Noche de vigilia, de nuevo, estudiando. Hasta mediados de febrero es lo que me espera: dormir poco, estudiar mucho (o no morir en el intento), y charlas nocturnas de messenger dándonos apoyo moral y despertándonos.
Y estar aislada de la familia, echándolos de menos y por supuesto, las tortillas de papas de mamá, los besos de papá, y el darle de comer a Nu y a Dino.
Si tia, apoyo moral...por lo menos es algo, aju, que pena que mi burbuja se rompa con mucha facilidad!
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