Es un grandullón. Es blanco y canela. Lo voy a echar mucho de menos cuando no esté. Al ser tan grande va a dejar la casa vacía. No nos dará con la pata cuando comemos, y no irá a la pata de jamón de navidad para pedirnos. No nos llorará ni nos hará fiesta cuando lleguemos a casa. Ni se pondrá a mover el rabo ni a mirarnos cuando hablemos de él aunque no digamos su nombre.
Sin embargo, ha subido antes a la azotea a hacer pipí, le han fallado las patas y se ha caído en su propio charco de pipí. No hemos sido de echarle muchas fotos, pero esta se la he tomado hace un momento. Sale muy guapo y eso que no es nada fotogénico. Ahora lo cuido y lo trato como a un ancianito. Lo transportamos con una sábana y cariño ni le falta, ni le faltará.
Pues de corazón espero que se cure pronto. Si quieres una segunda opinión, mi hermana es veterinaria en Bormujos, y es muy buena, sale en la tele y todo.
ResponderEliminarMi perro se fue hace dos años ya... y la verdad es que se echa muchísimo de menos, te entiendo...
ResponderEliminarBesicos
Muchas gracias María, pero lo que le pasa es que tiene muchos años (14) y los perros de cacería no duran tantísimo. Nos ha dicho el veterinario que es que es como un ancianito de 100 años.
ResponderEliminarMuchas gracias Belén. Besicos ^^
Ayns. El 28 de enero hará 2 años que Chuska dijo que era el momento de ir a corretear por el cielo de los perros.
ResponderEliminarNo pasa.
No pasará nunca.
Que se mejore pronto el bichillo.
Besitos.