miércoles, 11 de marzo de 2009

A falta de pan

Pienso en qué es lo que quiero. Y sé qué es lo que quiero. Un abrazo, un beso, el tacto de una piel. En diez días tendré una respuesta.
Pero esta persona en realidad no me va a aportar nada de lo que yo necesito. Al menos tendré algo, menos es nada. Aunque no sea un cariño verdadero, tendré un poco de la dosis que necesito, aunque sea falsa. Como a un heroinómano al que le dan metadona. Tiene el mismo efecto, aunque no sea lo mismo. Pues eso me pasa a mí. Dicen que a falta de pan buenas son tortas (¿o galletas? Nunca lo he tenido claro). Espero que en diez días la historia cambie.


Reedición: No he tenido respuesta, pero sí noticias de que no habrá ni beso, ni abrazo, ni el tacto de la piel de ninguna persona.

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