jueves, 3 de septiembre de 2009

observación de la realidad más cercana II

Hacía tiempo que no escuchaba ese sonido. Tanto, que le extrañó oírlo. Los vecinos de su calle del pueblo ya estaban creciditos (o crecidos) e incluso más de uno y de una, ya tenían sus hijos metidos en carritos. Pero en esta ocasión cambiaba el escenario y los protagonistas. Pudieron irse a la pista de baloncesto, y sn embargo se qeudaron ahí, al final de su calle, hablando a voces pasadas la medianoche. Con las risas, el ruido de los botes y el casi ya olvidado "¡eh, cuidado! ¡¡¡Que viene un coche, espérate y no tires la pelota todavía!!!"

Serían universitarios seguro, quizá hasta de su propia edad,y encima sin quejas de los vecinos (qué más se puede pedir).

Toda esa mezcla de sonidos le recuerda su niñez, ahora tan lejana como los kilómetros que la separan de su familia. La verdad es qeu también le gustaría estar jugando en la calle. Hace un fresquito tan bueno en la calle... que hay que aprovecharlo. Hay gente que lo aprovecha de una anera, y gente que de otra. Y ela, quisiera esetar abajo co lo chavales jugando al fútbol, dando voces, sintiendo la niñez en sus pies. El recoger la pelota y parar de jugar cuando viene un coche. Cambio de roles con el paso del tiempo.

1 comentario:

  1. Justo cuando terminé el post, he sido consciente de que mis vecinos se han ido a casa de nuevo. Ya no podré jugar con ellos, aunque algo me ice qeu podré sentir sus voces otro día. A lo mejor me decido a bajar con ellos, perdiendo la poca vergüenza que me queda.

    No tengo conexión en mi piso nuevo, y tampoco ninguna red sin seguridad habilitada, así que será más difícil que actualice esto. De todas formas, de vez en cuando me llevaré el portátil a la facultad e iré poniendo lo que vaya escribiendo en casa.

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