lunes, 14 de diciembre de 2009

Qué poquito me queda...

Y llegó el día, o más bien la noche. Estoy a 15 horas de un examen. Después de 3 días con fiebre, y con una voz de camionero que no había tenido nunca y que apenas me permite hablar me enfrento a una noche muy larga.

En la que voy a hacer todo lo que me permita la tos, la fiebre y el sueño. Necesito un pequeño milagro, en el que espero que mañana el azar tenga en cuenta mi convalecencia, y lo mal que he estado estos días y que ni siquiera me asegura que vaya a estar bien. Por lo menos me voy a poder reir llevándole los virus a la gente de la biblioteca, jaja.

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