Normalmente lo expulso de mis sueños. Me cabreo cuando lo veo aparecer y le suelto siempre un "¿Qué haces tú en mi sueño?". Pero esta vez fue diferente. Me alegré de verlo, aunque no fuera real. Y me dio un abrazo como el de la última vez. Y me sentí muy bien. Me sentí muy a gusto, como la última vez que nos vimos para despedirnos. Lo echo tanto de menos...
Me hace tanta falta uno de esos...
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